Continua de la Parte I

EXAMINANDO EL MEMORIAL DE LA PASCUA EN LA HISTORIA DE LA IGLESIA
ENTRE LAS IGLESIAS DE ASIA

Ap. 1:1

1: La revelación de Jesús Cristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan.

Ap. 1:4

4: Juan, a las siete Iglesias que están en Asia.

Ap. 1:10-11

10: Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta,

11: Que decía: Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último. Escribe en un libro lo que ves, y envíalo a las siete Iglesias que están en Asia: a Efeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea.

Me referiré especialmente a Efeso, Esmirna, Pérgamo, y Filadelfia en esta investigación del Memorial de la Pascua del Señor en la historia de la Iglesia.

Ap. 2:1 La Pascua Cristiana fue observada en esta Iglesia durante varios cientos de años.

1: Escribe al ángel de la Iglesia en Efeso: El que tiene las siete estrellas en su diestra, el que anda en medio de los siete candeleros de oro, dice esto:

2: Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos;

3: Y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado.

Ap. 2:8-10 La Pascua Cristiana fue también observada en esta Iglesia por cientos de años.

8: Y escribe al ángel de la Iglesia en Esmirna: El primero y el postrero, el que estuvo muerto y vivió, dice esto:

9: Yo conozco tus obras, y tu tribulación, y tu pobreza (pero tú eres rico), y la blasfemia de los que se dicen ser Judíos, y no lo son, sino sinagoga de Satanás.

10: No temas en nada lo que vas a padecer. He aquí, el diablo echará a algunos de vosotros en la cárcel, para que seáis probados, y tendréis tribulación por diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida.

Ap. 2:12-13 La Pascua Cristiana era celebrada en esta Iglesia en el siglo cuarto.

12: Y escribe al ángel de la Iglesia en Pérgamo: El que tiene la espada aguda de dos filos dice esto:

13: Yo conozco tus obras, y dónde moras, donde está el trono de Satanás; pero retienes mi nombre, y no has negado mi fe, ni aun en los días en que Antipas mi testigo fiel fue muerto entre vosotros, donde mora Satanás.

Ap. 3:7-9

7: Escribe al ángel de la Iglesia en Filadelfia: Esto dice el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre.

8: Yo conozco tus obras; he aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar; porque aunque tienes poca fuerza, has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre.

9: He aquí, Yo entrego de la sinagoga de Satanás a los que se dicen ser Judíos y no lo son, sino que mienten; he aquí, Yo haré que vengan y se postren a tus pies, y reconozcan que Yo te he amado.

Mantenga estas Iglesias en su mente y cuando profundicemos más extensamente en la información de la Pascua usted verá cómo estás Iglesias son registradas por haber observado específicamente el evento anual que reemplaza la antigua celebración Judía. Esto no es para decir que las demás no lo hicieron, sino que los registros no son tan claros como los que existen sobre las que aquí tenemos.

EL JUDAÍSMO CRISTIANO ES LA VERDADERA SIMIENTE
QUE CELEBRA LA PASCUA DEL MESÍAS

Romanos 4:13

13: Porque no por la ley fue dada a Abraham o a su descendencia [Judíos] la promesa de que sería heredero del mundo, sino por la justicia de la fe.

Gálatas 3:16

16: Ahora bien, a Abraham fueron hechas las promesas, y a su simiente [Judíos Cristianos]. No dice: Y a las simientes, como si hablase de muchos, sino como de uno: Y a tu simiente, la cual es Cristo.

Hebreos 2:16

16: Porque ciertamente no socorrió a los ángeles, sino que socorrió a la descendencia de Abraham. [Carne y línea de sangre]

Gálatas 3:26-29

26: Pues todos sois hijos de Dios [Judaísmo Cristiano] por la fe en Cristo Jesús;

27: Porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos.

28: Ya no hay Judío ni Griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno [Judaísmo Cristiano] en Cristo Jesús.

29: Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, [Judaísmo Cristiano] y herederos según la promesa.

La única forma para convertirse en parte del Judaísmo Cristiano por medio de Cristo se encuentra en Hechos 2:38.

Hechos 2:38-39

38: Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesús Cristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.

39: Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare.

Hechos 4:10-12

10: Sea notorio a todos vosotros, y a todo el pueblo de Israel, que en el nombre de Jesús Cristo de Nazaret, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de los muertos, por él este hombre está en vuestra presencia sano.

11: Este Jesús es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del ángulo.

12: Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.

Hechos 2:42 Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones.

La Escritura ha mostrado cómo los Apóstoles instruyeron al pueblo para venir al Judaísmo Cristiano y recibir la herencia de Abraham entrando al Reino del Mesías. Estas promesas eran para gentes de todas las naciones que nacieran de nuevo por medio de Jesús Mesías. Éstos son los verdaderos Hijos de Abraham. El Israel natural según la carne separado de Jesús Mesías no es el pueblo escogido de Dios. El pueblo escogido de Dios fue predestinado para hallar unidad en el Mesías antes de la fundación del mundo. [Ef. 1:4]

Colosenses 2:10

10: Y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad.

Gálatas 1:9

9: Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema.

Siendo nuestro tema la Pascua del Señor, le recuerdo, Pablo dijo celebrad la fiesta. La Pascua del Señor era una parte esencial del evangelio que él predicó, algo que se debe celebrar, ser observada anualmente.

1 Corintios 5:8

8: Así que celebremos la fiesta, no con la vieja levadura, ni con la levadura de malicia y de maldad, sino con panes sin levadura, de sinceridad y de verdad.

Pablo predicó: 1. Arrepentimiento; 2. Bautismo en el nombre de Jesús; 3. Recibir el bautismo del Espíritu Santo; 4. Celebrar la Fiesta de la Pascua; 5. Santidad, 6. El Rapto; 7. La Vida Eterna.

Pablo dijo que en los postreros tiempos algunos apostatarían de la Doctrina de los Apóstoles.

1 Timoteo 4:1

1: Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios.

CUÁNDO COMENZARON LOS POSTREROS TIEMPOS

1 Juan 2:18 Hijitos, ya es el último tiempo; y según vosotros oísteis que el anticristo viene, así ahora han surgido muchos antimesías; por esto conocemos que es el último tiempo.

Conocemos por esto que maestros anticristos ya estaban intentando pervertir las doctrinas de la Iglesia. Las cartas a las siete Iglesias de Asia prueban que las perversiones estaban intentando destruir a muchas Iglesias y ellos eran muchos Judíos apostatas en esa mezcla intentando hacer esto.

Jesús Mesías enviando el Libro de Apocalipsis, le dijo a las siete Iglesias que retuvieran el nombre y toda la doctrina que ellos habían recibido de los Apóstoles y no las cambiaran.

Examinemos lo que sucedió en las Iglesias de Asia.

Los historiadores de la Iglesia reconocen al Concilio de Nicea del 325 d.C. como una fecha importante en la historia de la Iglesia. El emperador Constantino ordenó pacificar dos controversias principales:

1. La Divinidad y el bautismo apropiado.

2. Si las Iglesias debían celebrar la Pascua del Señor el 14 de Nisán o celebrar el Domingo de Pascua de Resurrección.

Estudiaremos esto en detalle. Primero, debemos comenzar con los hombres y eventos principales que llevaron a estas dos controversias y al Concilio de Nicea. Ya que nuestro estudio es sobre la Pascua del Señor, nos enfocaremos en ese tema. Si a usted le gustaría estudiar más la doctrina de la trinidad, vea el artículo del Hermano Reckart titulado *La Trinidad Es Pagana.*

POLICARPO 69 d.C - 155 d.C.

Pastor de la Iglesia de Esmirna

Iniciaremos nuestro estudio de las siete Iglesias de Asia con Policarpo, un convertido del Apóstol Juan, y Pastor de la Iglesia de Esmirna. [Ap. 2:8]

Policarpo nació en el 69 d.C. y murió alrededor del 155 d.C. a la edad de 86 años. Policarpo fue el Pastor/Obispo de Esmirna desde el final del primer siglo hasta su muerte. Si aceptamos que el Libro de Apocalipsis fue escrito entre el 81-96 d.C., entonces es posible que el ángel de la Iglesia de Esmirna en Apocalipsis 2:8 no era ningún otro que Policarpo. Si no, entonces Policarpo heredó la Iglesia de ese Pastor a quien se le escribió la carta. Él habría sido un miembro de la Iglesia a la cual se escribió la carta.

Ireneo dice: "Pero Policarpo también no fue solamente instruido por los apóstoles y conoció a muchos que habían visto a Cristo, sino que además fue nombrado por los apóstoles en Asia, obispo de la Iglesia de Esmirna." [Historia Eclesiástica de Eusebio, V; 24; citado en Padres de Nicea y Post-Nicea Vol. 1 pg. 244.]

Las Iglesias en Asia entre las que Policarpo fue Obispo de Esmirna fueron catalogadas "Cuartodecimanos Juanianos." Ellas celebraban la Pascua del Señor el 14 de Nisán y eran [Cuarto=4, Décimo=10] "aquellas que celebran el 14."

El historiador de la Iglesia Hefele, en A History of The Christian Councils, de los documentos originales, Vol. I p 309, dice de Policarpo: "Él fue ciertamente el más digno representante de las opiniones de los Juanianos o Asiáticos, siendo reconocido como el más distinguido obispo de Asia Menor, y ciertamente el único discípulo de Sn. Juan entonces viviente."

Como el representante de los Cuartodecimanos Juanianos, Policarpo fue a Roma a mediados del segundo siglo alrededor del 150-155 d.C. Allí él se reunió con Aniceto, obispo de Roma, y discutió la Pascua del Señor. Las Iglesias occidentales siguiendo las doctrinas de Roma habían rechazado la Pascua del Señor para celebrar la Pascua de Resurrección. Policarpo fue a Roma para ver si él podía convencerles de volver a la antigua fe. Aniceto fue arrogante e irrespetuoso con Policarpo. Se registra: "Porque ni Aniceto pudo persuadir a Policarpo a no observarla [La Pascua del Señor el 14 de Nisán] porque él siempre la había observado con Juan el discípulo de nuestro Señor y el resto de los apóstoles, con quienes él se asoció. Y ni Policarpo persuadió a Aniceto a observarla, que dijo que él estaba atado a segur las costumbres de los presbíteros anteriores a él."

Historia Eclesiástica de Eusebio, V. 24, citada en A History of The Christian Councils de Hefele Vol. I p 309, cita a Ireneo que escribe en una carta en el nombre de los obispos Galicanos, "que los obispos Romanos antes de Soter, llamados Aniceto, Pío, Higinio, Telesforo, y Xistus [que aún vivía en el inicio del 2do siglo] no seguían la costumbre Asiática, ni la toleraban entre su pueblo."

A History of The Christian Councils, de Hefele, Vol. I p 314, hace referencia a las Iglesias occidentales y a los Cuartodecimanos Juanianos de Asia en conflicto violento por la controversia pascual.

Policarpo fue asesinado justo después de su viaje a Roma. La persecución estalló contra los Cristianos en Esmirna. Once Cristianos fueron traídos de Filadelfia para ser sentenciados a muerte. Se levantó un grito, "Fuera con los ateos. Que se haga la búsqueda de Policarpo." Policarpo huyó a una granja en el campo. Él fue traicionado por antiguos miembros de la Iglesia y arrestado. El asiarco Felipe, le insistió que "ultrajara a Cristo." Policarpo respondió, "OCHENTA Y SEIS AÑOS LE HE SERVIDO Y ÉL NO ME HA HECHO NADA MALO. CÓMO PUEDO HABLAR YO MAL DE MI REY QUE ME SALVÓ." La turba quería que él alimentara a los leones. Al rechazar esto, la purga gritó que fuese quemado. Esto fue aceptado y Policarpo fue quemado en la estaca y fue a la eternidad para estar en pie como testigo no sólo de su Doctrina Apostólica pura, sino de su fe pura en Jesús Cristo.

En el 196 d.C. el Obispo Víctor de Roma escribió a los más eminentes Obispos en cada país, pidiéndoles que convocaran sínodos en sus provincias, y por sus medios introducir la doctrina Romana de celebrar la Pascua de Resurrección. Estas cartas, como ejemplo la que fue enviada a Polícrates, Obispo de Efeso de Asia, también contenía amenazas de excomunión en el caso de resistencia.

Numerosos sínodos fueron realizados y todas las Iglesias con la excepción de aquellas de Asia unánimemente declararon aceptación de la autoridad Romana que era una regla de la Iglesia celebrar la Pascua del Señor en la Pascua de Resurrección.

Polícrates, Obispo de Efeso, presidió sobre un sínodo de obispos de Asia y todos estos Pastores aprobaron la siguiente carta al Obispo Víctor de Roma. La carta como es declarado en Eusebio V. 23 e History of the Christian Church de Phillip Schaff, Vol II, Anti-Nicean Christianity, 100-325 d.C., pp216-217, declara: "Nosotros observamos el día genuino, ni le agregamos a eso o tomamos de allí. Porque en Asia grandes luces han dormido [grandes hombres de Dios] los cuales se levantarán de nuevo durante el día de la manifestación del Señor, en el cual él vendrá con gloria del cielo, y levantará a todos los santos: Felipe, uno de los doce apóstoles, que duerme en Hierapolis y sus dos ancianas hijas vírgenes; su otra hija, también, que habiendo vivido bajo la influencia del Espíritu Santo, ahora igualmente descansa en Efeso; es más, Juan, que descansó en el pecho de nuestro Señor, que también fue un sacerdote, y fastidió a la placa sacerdotal, ambos mártir y maestro; él está enterrado en Efeso. También Policarpo de Esmirna, ambos Obispo y mártir y Traseas, ambos Obispo y mártir, de Eumenia, que duerme en Esmirna. Porque mencionar a Sagaris, Obispo y mártir, que duerme en Laodicea; además, el bienaventurado Papirius, y Melito, que vivió en total bajo la influencia del Espíritu Santo, que ahora descansan en Sardis, esperando el episcopado del cielo, en el cual él se levantará de los muertos. Todos éstos observaron el decimocuarto día de la Pascua según el evangelio, desviándose en ningún aspecto, sino siguiendo la regla de la fe. Además Yo Policrates, que soy el menor de ustedes, según la tradición de mis parientes, algunos de quienes yo he seguido. Porque siete de mis parientes fueron Obispos, y yo soy el octavo: mis parientes siempre observaron el día cuando el pueblo de los Judíos tira la levadura. Yo por lo tanto, hermanos, ahora tengo sesenta y cinco años en el Señor, que habiendo conferido con los hermanos por todo el mundo [Asia] y habiendo estudiado el todo de las Sagradas Escrituras, no estoy en nada alarmado en aquellas cosas con las cuales soy amenazado, para intimidarme. Porque ellos que son más grande que yo han dicho, "Nosotros debemos obedecer a Dios antes que a los hombres."

Al recibir esta carta el obispo Víctor de Roma envió una carta a los Pastores en las Iglesias de Asia y las provincias vecinas, con intención de excomulgarlos. Él no tuvo éxito en ese entonces, [196 d.C.] principalmente debido a una carta escrita al Obispo Víctor y otros obispos occidentales. De la Historia Eclesiástica de Eusebio, V. 23 & 24 y la History of the Christian Councils de Hefele, Vol. I, Pág. 315. citan a Ireneo.

Eusebio dice, "Él intentó excomulgarlos." Esta disposición de Víctor no agradó a otros obispos, que le exhortaron después a buscar preferiblemente la paz. Ireneo, aunque nacido en Asia Menor, declaró que la resurrección del Salvador debía ser celebrada un domingo; pero también exhortó a Víctor para no cortar de la comunión un grupo entero de Iglesias las cuales solamente celebraban una costumbre antigua de la Pascua del Señor. Él recordó a Víctor que sus predecesores habían juzgado la diferencia con más indulgencia y que en particular, el Obispo Aniceto la había discutido amigablemente con Policarpo Obispo de Esmirna.

Este intercambio de sínodos y cartas no trajo fin a la controversia de la Pascua, la cual fue una de las dos mayores controversias que provocaron el Concilio de Nicea en el 325 d.C.

El Concilio de Nicea fue convocado por Constantino para pacificar dos principales controversias:

1. La Divinidad y el bautismo apropiado.

2. Finalizar la práctica de celebrar la Pascua el 14 de Nisan y en su lugar establecer la celebración de la Pascua de Resurrección.

La Iglesia Católica reconoce a Constantino presidiendo sobre el Concilio de Nicea. El Papa Esteban V escribe que el Emperador Constantino presidió en el primer Concilio de Nicea. Además, los antiguos hechos de los sínodos frecuentemente se refieren a la presidencia y autoridad del Emperador.

Constantino abrió el concilio con un discurso en Latín aunque él hablaba Griego. La apertura del concilio tomada de Eusebio Vita Const. III 12 en la History of the Christian Councils de Hefele, Vol. I, pp280-281, sigue:

"Cuando la llegada del Emperador fue anunciada, todos aquellos presentes se levantaron. Él apareció como un mensajero de Dios, cubierto con oro y piedras preciosas, --una magnífica figura, alto y delgado, y lleno de gracia y majestad. A esta majestad él unió gran modestia y devota humildad, para que él pudiera mantener reverentemente sus ojos inclinados sobre la tierra, y sólo se sentaba en el trono dorado que había sido preparado para él cuando los obispos le daban señal para hacerlo así. Tan pronto él tomaba su lugar, todos los obispos tomaban los suyos. Entonces el obispo que estaba inmediatamente a la diestra del Emperador se levantaba, y le dirigía un corto discurso, en el cual agradecía a Dios por haberles dado tal Emperador. Después que él había reasumido su asiento, el Emperador, en voz gentil, habló así:

"Mi más grande deseo, mis amigos era verlos congregados. Agradezco a Dios, que de todos los favores que Él me ha concedido Él ha añadido el más grande, el de verlos a todos ustedes aquí, animados con el mismo sentimiento. ¡No podrá ningún enemigo travieso venir ahora a privarnos de esta felicidad! ¡Y después que hayamos conquistado a los enemigos de Cristo, el espíritu del mal no podrá intentar dañar la ley de Dios con nuevas blasfemias! Yo considero la desunión en la Iglesia el mal más terrible y más doloroso que cualquier tipo de guerra. Después de haber, por la gracia de Dios, conquistado a mis enemigos, pensé que no tenía más nada que hacer que Agradecerle alegremente con aquellos a quienes había libertado. Cuando me contaron la división que se había levantado entre ustedes, me convencí que no debía atender otro asunto antes que éste; y es del deseo de serles útil a ustedes que lo he emplazado sin retraso. Pero no creeré que mi fin ha llegado hasta que haya unido las mentes de todos--hasta ver que la paz y esa unión reinen entre ustedes los cuales están comisionados, como ungidos del Señor, a predicar a otros. No duden, mis amigos--no duden, vosotros siervos de Dios; destierren todo causal de disensión--resuelvan las dificultades controversiales según las leyes de la paz, para así lograr el trabajo el cual será de mucho agrado a Dios, y me causará, su compañerismo--servicial una alegría infinita."

Hosius, Obispo de Córdova parecía estar al mando de la Asamblea como legado de Constantino, en unión con dos sacerdotes Romanos llamados Vito [Vitus] y Vincentio. Hosius residía en los cuarteles de Constantino y por lo tanto tenía considerable influencia sobre él en conversaciones privadas.

Después de mucha discusión entre los obispos, Eusebio de Cesárea propuso el siguiente credo para adopción:

"Creemos en un único Dios, Padre Omnipotente, Creador de las cosas visibles e invisibles; y en el Señor Jesús Cristo, porque Él es el Logos de Dios, Dios de Dios, Luz de Luz, vida de vida, Su único Hijo, el primogénito de todas las criaturas, engendrado del Padre antes de todo tiempo, por quien también todo fue creado, que se convirtió en carne para nuestra redención, que vivió y sufrió entre los hombres, que se levantó nuevamente al tercer día, volvió al Padre, y vendrá un día de nuevo en Su gloria para juzgar a los vivos y los muertos. También creemos en el Espíritu Santo. Creemos que cada uno de estos tres son y subsisten: el Padre de verdad como Padre, el Hijo de verdad como Hijo, el Espíritu Santo de verdad como Espíritu Santo."

Después de mucho debate y enmiendas propuestas, el propio Constantino sugirió que la relación del hijo con el Padre podría ser expresada con la palabra "homoousios" [de una esencia]. Ninguno se atrevió a discrepar con el Emperador Constantino porque era él quién los había ordenado a Nicea en el primer lugar. Si ellos no podían estar de acuerdo él decidiría por ellos.

Jones también concluye que esto fue por la influencia del obispo Hosius.

El credo final es como sigue:

"Creemos en un Dios, el Padre Omnipotente, Creador de todas las cosas visibles e invisibles; y en un Señor Jesús Cristo, el Hijo de Dios, unigénito del Padre, que es de la substancia del Padre, Dios de Dios, luz de luz, mismo Dios de mismo Dios, engendrado, no hecho, siendo de la misma substancia con el Padre, por quien todas las cosas fueron hechas en el cielo y en la tierra, que por nosotros los hombres y por nuestra salvación descendió del cielo, se encarnó, se hizo hombre, sufrió, se levanto nuevamente al tercer día, ascendió a los cielos, y Él vendrá para juzgar a los vivos y los muertos. Y en el Espíritu Santo. Aquellos que dicen, Que hubo un tiempo cuando Él no era, y Él no era antes que Él fuese engendrado, y Él fue hecho de la nada [Él fue creado], o que dice que Él es de otro hipóstasis, o de otra substancia [que el Padre], o que el Hijo de Dios es creado, que Él es mutable, o sujeto al cambio, anatematizas de la Iglesia Católica."

El Credo de Nicea fue adoptado como un canon de la ley de la Iglesia.

El próximo tema para consideración concernía a la Pascua. Por favor note que "Pascua de Resurrección" ha reemplazado la palabra Hebrea "Pesach" [Pascua] a lo largo del entero argumento de Nicea. La palabra "Pascua de Resurrección" no fue utilizada realmente en Nicea. Vino en existencia siglos después cuando la Iglesia Católica adoptó la diosa Germana de la primavera "EOSTRE," de la cual recibimos nuestra palabra "Pascua de Resurrección". Por esta razón la palabra "Pascua" será puesta en corchetes junto al lado de la palabra Pascua de Resurrección para guardar al día correcto que se discute de ser confundido. Donde la palabra "Pascua de Resurrección" se refiera a la Resurrección, no habrá corchetes.

Las Iglesias en Asia [Cuartodecimanos Juanianos] siguiendo las Tradiciones Apostólicas recibidas de los Apóstoles, celebraban la Pascua del Señor el 14 de Nisan entre las dos tardes sin importar qué día de la semana en el cual este caía. Las Iglesias Occidentales siguiendo una tradición desconocida querían celebrar la Pascua con la observación de la resurrección el Domingo de Pascua.

El concilio gobernaba contra las Tradiciones Apostólicas, específicamente identificadas como la Tradición de los Cuartodecimanos Juanianos, y en favor de las Tradiciones Romanas. El concilio envió la siguiente carta a las Iglesias de Alejandría Egipto, Libia y Pentápolis. [Registrado en Sócrates 1.9 como en Hefele, La Historia de los Concilios de la Iglesia, Pág. 322].

"Les damos buenas nuevas de la unidad que ha sido establecida respecto a la Santa Pascua. De hecho, según su deseo, hemos elucidado este negocio alegremente. Todo los hermanos en el Oriente que anteriormente celebraban la Resurrección con los Judíos, de aquí en adelante la celebrarán al mismo tiempo que los Romanos, con nosotros, y con todos aquellos que desde tiempos antiguos han celebrado la fiesta al mismo tiempo que nosotros."

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